El problema de Clara es que en realidad no tiene la voluntad de caminar y se desanima rápidamente. Por ahora la abuela ya no puede permanecer en las montañas, es demasiado cansado para ella y ella decide ir a una ciudad balnearia cercana. Antes de partir, sin embargo, hay una gran fiesta a la que están invitados todos los compañeros de Heidi y Pedro. Y viendo a los niños jugando y persiguiendo felizmente durante la fiesta, Clara promete a su abuelita que ella también quiere ser como todos los demás y que estará haciendo todo lo posible para poder caminar algun dia.