La primavera está llegando y Heidi tiene casi ocho años. Onji recibe la visita del pastor del pueblo al albergue. Hable con su abuelo durante horas trata de convencerlo de que envíe a la niña a la escuela, pero el viejo se niega: a pesar de que sabe que el Pastor tiene muchas razones por su parte, no puede pensar que Heidi puede enfrentar cuatro horas al día para ir y volver desde el pueblo y no quiere volver a vivir en el campo, ahora demasiado pequeño y extraño para él. Los aldeanos, aprendieron la noticia, no saben qué más hacer cuando de repente una muchacha ricamente vestida llega de la ciudad. Él es Dete, que está de vuelta para recuperar Heidi y llevarla con élla a Frankfurt.