Sonia e Isaac se están metiendo en más líos de lo habitual en el colegio: reventa de tablets robadas, trampas en exámenes… A Marta no le cabe en la cabeza el comportamiento de su hija, pero descubrirá que lo hace bajo coacción: unos vídeos comprometedores de ella han caído en las manos equivocadas, y está siendo chantajeada para que no se difundan. Por otro lado, Alberto afronta el caso más delicado que ha tenido desde que fundó su agencia de detectives: si la pifia, arruinará la vida de su propia sobrina.