Un viejo habitante de Cicely, Ned Svenborg, regresa para presentar sus respetos a la tumba de la fundadora del pueblo y, de paso, para revelarle a Joel cómo esta mujer construyó allí una especie de utopía. Los protagonistas habituales de la serie aparecen caracterizados como personajes de finales del siglo diecinueve, y otorgan de inmediato una atmósfera de familiaridad al relato de cómo Roslyn y Cicely, una pareja de mujeres liberales enamoradas de las artes, convirtieron un agujero dominado por los bandidos en un nuevo París, lleno de teatros, performances, y cafés de artistas que llegaron a ser transitados por el mismo Kafka.