Nigel Marven viaja al Pantanal de Brasil buscando la mayor población conocida del menor de los grandes felinos. En su viaje él también lucha con un caimán de anteojos como el que tenía de mascota cuando era adolescente, y una falsa cobra de agua le muerde la mano, pero por suerte no son venenosas. Además, interrumpe el apareamiento de un par de anacondas.