La Prohibida no es un travesti al uso. Amante del tecno pop, de la estética ochentas y de la modernidad, se ha hecho un nombre más allá del mundo queer y cabaretero, dando el salto al indie y al estrellato underground internacional con sus canciones pop que tiran tanto de Lio como de La Casa Azul o Parade, además de influencias del bolero, el europop y la revista. La consecuencia de todo esto, es que se encuentra en un lugar un poco indefinido. ¿Demasiado indie para el mundo gay y demasiado gay para el mundo indie? Cuestiones que a la artista le importan un pimiento, pues siempre actúa desde la libertad y su gusto personal. Sus dos álbumes hablan por sí solos, sin necesidad de etiquetas o de escenas.