¿Qué tendrá la Cannon para inspirar no uno, sino dos documentales? La respuesta es fácil: cinefilia sin complejos, descaro y dos cerebros, Menahem Golam y Yoram Globus, más grandes que la vida. Si The Go-Go Boys se centra en la tormentosa relación entre los dos primos, Electric Boogaloo analiza las demenciales estrategias publicitarias con que la productora sacudió los cimientos de Hollywood.