Al igual que en el asedio de Troya, una colonia de ratones es atacada por una pandilla de gatos que los obligan a abandonar su feliz hogar. Los ratones planean construir una gran escultura en cuyo interior se pueden infiltrar valientes guerreros que derroten a los gatos por sorpresa. La escultura se materializa en un majestuoso perro que cumple a la perfección con su cometido.